En la crónica del heroísmo del pueblo soviético, se incluyó la hazaña inmortal del poeta soviético tártaro Musa Jalil, nativo de la aldea mustafino del distrito de sharlyk de la región de Orenburg (Chkalov), quien resultó gravemente herido fue capturado por los fascistas. A pesar de las atrocidades de los fascistas, logró organizar un grupo clandestino. Entregado como traidor y condenado a muerte, se mantuvo fiel al partido, al pueblo soviético, a su amada patria hasta el último aliento.